Soy una persona muy familiar, con grandes valores sobre la familia y la amistad; por eso empecé a ver esta serie, pero lo que me encontré no es la típica historia de convivencia con escenas de situación, del día a día, sino una serie con unos entramados familiares muy profundos.
Un clan muy poderoso, un verdadero magnate dueño de un imperio audiovisual con el que ejerce un prácticamente control absoluto de los medios de comunicación. El padre tipo padrino, por su autoridad y liderazgo al que da vida Brian Cox (interpretó a Hannibal Lecktor, antes que Anthony Hopkins) sufre un ataque de corazón y tiene que plantearse el futuro de la empresa a manos de uno de sus hijos, a cada cual, con una historia de lo más variopinta; y aquí empieza la gran batalla por la sucesión y herencia de la empresa.
Cuatro hijos, cuatro historias familiares, cuatro formas de experimentar la vida.¿Quién será el elegido? Kendall con buena preparación académica y trabajando en la empresa de su padre, Roman (Kieran Culkin, hermano del niño de sólo en casa, y nadie lo duda, porque ambos poseen los mismos ojos saltones) sin estudios pero el típico “echado para adelante” , sinvergüenza y también sin vergüenza, la única chica, Shiv, trabajando en la competencia y con grandes dotes para la persuasión y Connor, desvinculado de la familia y ajeno a ese tipo de negocios…
Empieza el juego …
La serie puede pecar de parecer un poco lenta, pero no lo es, es una serie con la que disfrutar de cada plano, de cada secuencia. El director se recrea en cada personaje, todos muy bien construidos y sobrados de fuerza y personalidad. Todo es importante, un gesto, una mirada, una expresión, de tal forma que hablan sin articular palabra y transmiten muy bien al telespectador. Destaco una escena de la cena familiar con esos planos fijos interminables de miradas que traspasan la pantalla, o reuniones familiares donde la cámara salta de uno a otro penetrando en sus pensamientos… sin palabras.

En la misma línea están los diálogos; certeros, concisos, con mala leche, de esos que cortan la respiración, tal es así que los acontecimientos pueden cambiar de un plano a otro y es difícil posicionarse hasta el final. Tan pronto alguien puede ser el favorito como puede convertirse en odiado o manipulador, porque de eso también hay y en buenas dosis.
Pero lo cierto es que como en la vida misma, ninguna familia es perfecta, por mucho que sean cuatro hijos de los mismos padres, cada cual piensa a su manera con metas distintas en la vida, siempre respetables, pero eso si, los objetivos a mi modo de ver, tienen q poder llevarse a cabo con honestidad… o no, y ahí se producirán extrañas alianzas y desconfianzas.
En cuanto a los secundarios, siempre poseo debilidad por ellos, muchas veces los denomino “secundarios de lujo”, este es un claro ejemplo, la madrastra, el sobrino lejano, el tío … son simplemente geniales, peliagudos de esto que dices “ no dan puntada sin hilo”.
Sucession es una serie para disfrutarla, saborearla como a una buena taza de café sin prisas.
La segunda temporada la vimos este pasado verano y la última escena nos dejó a todos fuera de juego, un desenlace inesperado que nos coloca a las puertas de la tercera temporada que llegaría este verano 2020 si no fuera por el Covid-19, que como tantas otras cosas, nos ha dejado en Stand by.
Podéis verla en HBO, una serie en mayúsculas .
#QuédateEnCasaLeyendo.
Actualidad: Este blog nace en un momento en el que, espero, ya hayamos pasado lo peor. En el que comienza a vislumbrarse un rayo de esperanza. Por fin hemos conseguido doblegar la curva y empieza la desescalada. #JuntosLoConseguiremos